Cerro Artigas
Hacia el este de la ciudad de Minas, el Cerro del Arbolito, el viejo Cerro Ventura, domina el paisaje serrano. A la distancia, un árbol de buen tamaño, aparecía casi como un pequeño matorral en la cumbre de esa altura. Un día, se comenzó a hablar del Monumento a Artigas, de la omisión que significaba para nuestra ciudad, el no tener una obra importante que homenajeara al Prócer.
Por años, se fue juntando bronce para la obra, se discutió mucho sobre la ubicación de la misma. La Avenida Artigas, que parecía no tener un espacio adecuado para alojar la estatua del héroe. Como para compensar tantos años de demora, se quería hacer algo verdaderamente grande, el monumento ecuestre más grande del mundo.
El bronce acumulado, era insuficiente para tan enorme obra, se pensó en hacerlo de hormigón, revestido de bronce, pero las dificultades técnicas eran importantes.
Finalmente, se llegó a una resolución: las piedras arrancadas al corazón de las sierras, transformadas en cemento por la labor de nuestros obreros, era material de nobleza suficiente para elaborar el hormigón que hiciera armonizar con el paisaje circundante, la imagen de un Artigas meditabundo, severo, pero atento vigilante de nuestra ciudad, montado en su caballo criollo, similar al Morito que que reclamaría desde su lecho de muerte.
Un día, el "Cerro del Arbolito", vio su cumbre coronada por un enorme cajón de madera. En su interior, Stelio Belloni dirigía la construcción de su obra monumental. Meses después, se vio que comenzaban a desarmar el cajón, el trabajo estaba pronto.
Pero qué frustración, no había nada para ver, porque una gran lona cubría el fruto de tantos esfuerzos.
Inauguración del Monumento
El 12 de octubre de 1974, Minas fue el centro de la atención de todo el país. Todo el despliegue de la 3ª Semana de Lavalleja ya había atraído miles de visitantes a Minas. Pero ese día, las carreteras fueron colmadas por inmensas caravanas de vehículos, con millares de orientales, que querían ser partícipes del acontecimiento.
Prácticamente la totalidad de los escolares del departamento, delegaciones de escuelas de todo el país, sociedades nativistas, con sus caballerías, unidades militares con todo su equipamiento, funcionarios públicos y privados, conformaron un desfile de mas de 3 horas, que transformó el Cerro del Arbolito en un inmenso nuevo Ayuí. Al toque del clarín, un simple tirón de cuerda, las banderas caen, onduladas por el viento primaveral, y Artigas aparece magestuoso a la vista de su pueblo, para quedarse integrado para siempre en el paisaje serrano.
Qué pasó con el arbolito? No armonizaba con las proporciones del monumento, y a partir de una mañana, el Cerro ya no tuvo porqué llamarse "Del Arbolito", y pasó a llamarse "Cerro Artigas".
Por años, se fue juntando bronce para la obra, se discutió mucho sobre la ubicación de la misma. La Avenida Artigas, que parecía no tener un espacio adecuado para alojar la estatua del héroe. Como para compensar tantos años de demora, se quería hacer algo verdaderamente grande, el monumento ecuestre más grande del mundo.
El bronce acumulado, era insuficiente para tan enorme obra, se pensó en hacerlo de hormigón, revestido de bronce, pero las dificultades técnicas eran importantes.
Finalmente, se llegó a una resolución: las piedras arrancadas al corazón de las sierras, transformadas en cemento por la labor de nuestros obreros, era material de nobleza suficiente para elaborar el hormigón que hiciera armonizar con el paisaje circundante, la imagen de un Artigas meditabundo, severo, pero atento vigilante de nuestra ciudad, montado en su caballo criollo, similar al Morito que que reclamaría desde su lecho de muerte.
Un día, el "Cerro del Arbolito", vio su cumbre coronada por un enorme cajón de madera. En su interior, Stelio Belloni dirigía la construcción de su obra monumental. Meses después, se vio que comenzaban a desarmar el cajón, el trabajo estaba pronto.
Pero qué frustración, no había nada para ver, porque una gran lona cubría el fruto de tantos esfuerzos.
Inauguración del Monumento
El 12 de octubre de 1974, Minas fue el centro de la atención de todo el país. Todo el despliegue de la 3ª Semana de Lavalleja ya había atraído miles de visitantes a Minas. Pero ese día, las carreteras fueron colmadas por inmensas caravanas de vehículos, con millares de orientales, que querían ser partícipes del acontecimiento.
Prácticamente la totalidad de los escolares del departamento, delegaciones de escuelas de todo el país, sociedades nativistas, con sus caballerías, unidades militares con todo su equipamiento, funcionarios públicos y privados, conformaron un desfile de mas de 3 horas, que transformó el Cerro del Arbolito en un inmenso nuevo Ayuí. Al toque del clarín, un simple tirón de cuerda, las banderas caen, onduladas por el viento primaveral, y Artigas aparece magestuoso a la vista de su pueblo, para quedarse integrado para siempre en el paisaje serrano.
Qué pasó con el arbolito? No armonizaba con las proporciones del monumento, y a partir de una mañana, el Cerro ya no tuvo porqué llamarse "Del Arbolito", y pasó a llamarse "Cerro Artigas".